Para mí, más que por qué flauta y fagot, la pregunta fue, en un principio, por qué Paula e Isa.
En un teatro, en una película, o incluso en un trabajo no artístico, cuando te hacen una entrevista, además de en tus cualidades, en lo que más se centra el entrevistador es en sí cuadras con el grupo. En esto Paula encaja como una pieza de puzzle conmigo. Hay momentos en los que incluso creo que me lee la mente. Como persona Paula es perfecta para el grupo porque es capaz de focalizar la energía y dar forma a las ideas locas que a veces me pasan por la cabeza, dándoles un formato y ordenándolas. Y, además, entiende la música como yo. Vamos, que no podía haber elegido mejor.
También hay cosas que los flautistas no podemos hacer
Como flautista, necesito algún instrumento que pueda hacer lo que yo no soy capaz, es decir, tocar notas graves o bajos, apoyar mi discurso melódico, y contestar a mis preguntas musicales de vez en cuando. El timbre grave y preciso del fagot combinado con el ataque suave y agudo de la flauta, aportan a los sentidos una gran variedad de impulsos musicales.
Si analizamos un poco más profundamente la “anatomía del sonido” de cada instrumento, veremos lo bien que se complementan. El fagot es muy preciso y directo en su registro grave y puede llegar a tocar realmente fuerte. Sin embargo, en el registro agudo su sonido se hace más fino y se difunde en el ambiente, su ataque se torna más suave sonando casi aflautado. Este sonido se funde de forma magnífica con el de la flauta travesera que, aunque en su registro agudo puede ser poco chillona, en su sonido más grave cuenta con un ataque muy difuso, poco volumen pero muy ancho. Esto permite, en ocasiones, cambiar los papeles “típicos” revolucionando los conceptos de bajo y melodía, convirtiéndose la flauta en el bajo de una melodía interpretada por el fagot.
Te quedarás sin palabras
Quien me conoce sabe que me encanta sorprender y ser sorprendida, claro. Lo mejor que tiene esta formación es que si se trabaja bien con los sonidos, registros y balances de estos dos instrumentos se puede crear la ilusión de estar escuchando otro instrumento diferente, por ejemplo, un saxofón. Es como ser técnico de sonido y poder experimentar con capas de instrumentos, pero en directo.
La música de cámara es, en el ámbito de la música, el nivel más alto de trabajo en grupo. A pesar de que la orquesta sea un grupo más grande, tiene un director que organiza y desorganiza como le parece bien. La orquesta o la banda no es una democracia, puede ser, dependiendo del director, una democracia simulada. En esto consiste su trabajo, en convencerte de su versión de la obra y conseguir convertirla en la tuya. Cuando esto sucede, es para mí, cuando la magia está en el escenario. Pero no lo olvidemos, los músicos no son los que organizan la versión final de la obra.
La música de cámara desarrolla las mentes emprendedoras de los músicos
No quiero quitar mérito a las orquestas ni al trabajo de director. Yo misma soy directora de banda. Es un trabajo duro, pero aporta unas sensaciones muy similares a las que sientes cuando haces música de cámara. Es como cuando de pequeño sueñas con ser un superhéroe o una superheroína y, aunque sabes que no es posible, durante un momento después de un salto muy alto crees que has volado. Es esa sensación de hacer algo con mucho valor la que yo siento al tocar con Paula y al dirigir una orquesta. Es por ello que hace 4 años me decidí a estudiar dirección de banda, y cada día veo más similitudes entre estas dos pasiones.
Tras estos años juntas, cuando alguien me dice: que raro un dúo de flauta y fagot, yo siempre contesto: y, ¿por qué no?.
Aidanadeem says
I love how this article delves into the unique qualities of the flute and bassoon. It’s fascinating to learn about the history and characteristics that make these instruments so special.