A la hora de emprender un proyecto es muy habitual que pensemos en amigos y personas cercanas a nuestro entorno como socios o colaboradores.
Suele pasar que en situaciones laborales descubres facetas de la otra persona que no conocías. Algunas te gustarán y otras no tanto. Se presentarán momentos de mucho estrés, tensión y nervios, y la forma en la que las personas implicadas decidan afrontarlos será decisiva para que la relación se refuerce o se rompa. A continuación os dejamos 7 consejos para llevar una muy buena relación con tu amig@ y compañer@ de trabajo, desde nuestra experiencia.
7 Ideas para que tu amistad no se resienta por tu trabajo
- Establecer unos tiempos de trabajo. Crear un horario y respetarlo es básico. Una vez que se haya concluido el ensayo o la reunión, se debe aparcar el trabajo hasta el siguiente ensayo.
- Dejar al amigo fuera. En el momento en el que se está trabajando, la relación debe ser puramente profesional. Es decir, expresar con sinceridad y profesionalidad las opiniones o críticas, pero nunca recurrir a comentarios personales o “golpes bajos”. Si alguno traspasa los límites de la confianza y arremete con temas personales se entra en el mundo de los sentimientos. Y uno no debe hacerle daño a su socio.
- Establecer tareas. Es muy importante repartir las tareas de cada miembro, en función de sus habilidades. De esta manera, nadie debe sentir que carga con más peso que los demás a la hora de sacar adelante un proyecto. Eso sí, cada uno debe ser responsable de cumplir a tiempo con su trabajo.
- Establecer roles. No sólo tienen que quedar claras las tareas de cada uno. También se debe decidir si la responsabilidad de cada uno es la misma, mayor o menor que la del resto. Es decir, establecer si alguien tiene mayor peso en las decisiones. Si es así, deben quedar claros los límites de acción de cada miembro.
- Respetar la personalidad de cada uno y su forma de hacer las cosas. No debemos decirle al compañero cómo debe llevar a cabo su trabajo pues, en teoría, se le ha asignado esa tarea porque es el más cualificado para ella. Debemos confiar en que lo hace de la mejor manera posible. Las críticas constructivas de mejora en el proceso del proyecto, a modo de feedback, son de gran ayuda, por supuesto. Pero las críticas desde la personalidad, refiriendo a la forma de hacer de cada cual, sólo harán que se rompa el vínculo, pues traspasamos los límites de la profesionalidad y confianza.
- Aprovecha la confianza para el apoyo. Cuando tienes entre manos tu propio proyecto te enfrentas a innumerables situaciones de estrés. Las dudas, el miedo a que todo el esfuerzo no llegue a buen puerto, la presión por tener al público satisfecho, etc., crean mucha tensión. Es normal que cada cierto tiempo un miembro del grupo sufra una crisis de motivación o de energía. Es el momento en el que podemos aprovechar nuestra amistad para apoyar a nuestro compi.
- Conserva a tu amigo. Es importante seguir cultivando vuestra amistad y no convertir vuestra relación en algo únicamente profesional. Haced planes de ocio juntos y dedicad tiempo a vuestra relación.