Tras las elecciones, nuestra cabeza está hasta arriba de propuestas y de frases como esta. Pero hoy os traemos una reflexión. ¿Por qué hay que invertir en cultura? ¿Es la cultura rentable para la sociedad?
No os voy a mentir, esta idea a un músico de profesión no se le viene a penas a la cabeza, pero hablando con personas de otros mundos te das cuenta de que quizá nos estemos acomodando, o estemos acomodando a la sociedad. La cultura es, en muchos casos, gratuita y bastante accesible, pero ¿hace esto que se valore?
Me explico, como ya comentaba en otros post, nos gusta en gran parte lo que nos “impone” la sociedad, es decir lo que escuchamos una y otra vez en la radio, en la televisión… Y esto es por lo que estamos dispuestos a pagar y lo que la sociedad más valora. Es por esto, en parte, que la música clásica está tan escondida, y sólo unos pocos quieren escucharla oficialmente. No está de moda ser músico clásico. En la sociedad gusta más pensar que el músico nace con un talento, y que un día se levanta de la cama y puede tocar los estudios de Paganini, pero querida sociedad, eso no es así.
Por otra parte esta la “culpa” de la música clásica y de la cultura en general que pocas veces se plantea en que mundo vivimos y que publicó tenemos.
Vivimos de subvenciones, y en casi todos los casos estás subvenciones se dedican a conciertos que hacen instituciones que siempre han hecho estos conciertos, y en las que la innovación brilla, en muchos casos, por su ausencia. En los conservatorios se enseña como siempre y lo de siempre, sin pensar que quizá las nuevas generaciones requieran de nuevas herramientas o nuevas ideas para hacer valer la música clásica.
Seguimos haciendo las cosas como años atrás, pero nuestros hábitos y nosotros hemos cambiado. No comemos lo mismo, no hacemos las mismas cosas y no tenemos los mismos objetivos. La música, como tantas otras cosas, se consume de forma diferente y nuestros gustos han cambiado. ¿Por qué no cambiar la música también?
Hace un par de años escuché un concierto en Berlín, en el que se tocaba Schönberg: Muerte y Transfiguración y, después, como segunda parte del concierto había música electrónica y algo para comer. Fue un concierto totalmente diferente porque, para empezar, la orquesta y el director no iban de negro. Lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿que porqué tienen que ir de negro los músicos? Es una pregunta que todavía no me he podido contestar realmente ¿será que afinamos mejor? Creo que no…
En resumen en el concierto de la Filarmónica de Berlín se explicaba la música de Schömberg de una forma actual, el director hablaba con el público e incluso respondía preguntas de una forma muy amena. Me quedé sorprendida de lo sencillo que Schömberg podía ser, hasta explicado en Alemán.
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