Todos somos conscientes de que estamos viviendo un momento histórico. Un acontecimiento que se plasmará en los libros del siglo XXI y que marcará un antes y un después…
Cuando de la salud se trata todo lo demás se para, se congela, y sólo podemos concentrarnos en salir adelante, sobrevivir. No hace falta que hagamos un resumen sobre lo que esta crisis mundial, lo que esta pandemia, ha causado y ha cambiado a nivel económico, social, laboral, etc.
Pero, ¿Qué va a pasar con la música?
Es una paradoja, pues durante las siete semanas de confinamiento que llevamos en España, aquellos que no pueden teletrabajar o que incluso han perdido su puesto, no han podido hacer otra cosa que hacer de tripas corazón y dedicarse a sí mismos. ¿Y cómo se cuida la gente cuando no puede salir de casa? Pues con arte. Escuchando música, leyendo, aprendiendo a pintar, bailando, viendo todo ese cine que estaba pendiente…
Pero después de dos meses de confinamiento, el arte por las redes sociales, a través de internet o de la televisión ya no es suficiente. Necesitamos sentirlo. Necesitamos ir a un concierto y experimentar cómo se nos ponen los pelos de punta cuando nos rodea el sonido, oler la pintura de un lienzo, o leer en la playa mientras nos acaricia la brisa.
¿Será el momento de la música de cámara?
Lamentablemente, parece que todavía tendremos que esperar para poder asistir a conciertos multitudinarios. Ni siquiera sabemos cuánto tiempo pasará hasta que las orquestas puedan volver a ensayar. Por eso, deberíamos lanzarnos a mostrar el maravilloso mundo de la música de cámara. Descubrir al público las joyas compositivas que existen para pequeñas formaciones que sí podrían subirse al escenario ya mismo, pues no tienen por qué conformarse por más de dos músicos, y que nos harían vibrar hasta que la música clásica de grandes formaciones pueda regresar.
Ventajas de la música de cámara en la actualidad
- Los grupos de cámara no suelen superar los ocho o diez integrantes, y pueden mantenerse a distancias prudenciales entre sí, pues no experimentan problemas de espacio en un escenario.
- Económicamente es muy factible hacer conciertos para un público reducido, pues hay menos músicos a los que pagar, por lo que producir un concierto de música de cámara para un tercio de una sala es rentable.
- Grabar con un equipo profesional de sonido para retransmitir esos conciertos en radio y televisión tampoco supone un gran costo, por lo que un único concierto puede suponer beneficios tanto a una sala como a un medio de comunicación.
- Permitiría dar espacio a los conciertos de música de cámara, que normalmente se encuentran a la sombra de los sinfónicos, lo que implicaría el renacimiento de este género, que fue tan exitoso en el siglo XVIII.
- Ahora que se acerca el buen tiempo, los conciertos de música de cámara son muy adecuados para llevarse a cabo al aire libre, en los preciosos kioskos que hay en todas las ciudades españolas, y que lamentablemente suelen usarse bien poco.
- Esta crisis puede servirnos para volver mejorando lo que teníamos. La música de cámara no recibía la atención que pensamos que se merece, y tenemos la oportunidad de cambiar eso.
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